Los mendigos aumentan desmesuradamente cada día y se convierten en personas ignoradas y rechazadas por la sociedad. ¿Acaso no son seres humanos que tiene un corazón, que les late cada segundo? ¿Dónde quedan sus derechos como persona? ¿Dónde queda su dignidad humana?
Como decía Kant: La primera igualdad es la equidad y ese debe ser el compromiso de todos los gobernantes y ciudadanos a partir de hoy, ser equitativos y justos con el que sufre, brindándoles siempre el respaldo y la colaboración necesaria que a gritos, esos hermanos nuestros, piden!!!.
“El mendigo sufre, pero su dignidad lo consuela”
(José Narosky)